Colegio Bilingüe Manuel Siurot

En la cuarta jornada de nuestra estancia en Turquía, visitamos diferentes puntos de interés de la provincia de Mersin. Nos dirigimos en autobús hasta Aydincik, a 173 km, para visitar la cueva de Aynaligöl conocida también como la cueva de Gilindire, antiguo nombre de la ciudad de Aynaligöl hasta 1965. Esta cueva a orillas del Mediterráneo y descubierta por un pastor, nos brindó la oportunidad al grupo de alumnos y alumnas participantes en esta movilidad junto al resto de profesores de las diferentes nacionalidades, de introducirnos en el periodo glacial tras una bajada de casi 600 escalones. Disfrutamos de un paseo subterráneo entre paisajes imposibles formados por estalactitas y estalagmitas gigantescas que nos condujo a un impresionante lago.

Almorzamos en Narlikuyu, un pequeño pueblo pesquero del distrito de Silifke donde degustamos el típico pescado a la brasa en un restaurante popular situado en la pequeña bahía de aguas cristalinas en torno a unas mesas al aire libre, prácticamente a nivel del mar. Descubrimos que este enclave paradisíaco también está abrazado por la Historia. Narlikuyu fue conocida como Porto Calamie durante el Imperio Romano, a tan solo unos metros del restaurante visitamos los restos de unos baños del s.IV, ahora museo, que albergaba un mosaico en el suelo donde se representa a las Tres Gracias.

De vuelta al autobús, nos dirigimos hacia Kizkalesi, ciudad conocida en la Antigüedad como Korykos donde visitamos su castillo, al que llegamos en barco pues se encuentra en una pequeña isla frente a la ciudad. Ya en la fortaleza, se realizó una actividad por países donde se mezcló la dramatización y la robótica. El alumnado debía escenificar y grabar un video mediante el uso de tablets o móviles sobre la trágica leyenda que cuenta que la fortaleza fue construida por un sultán para proteger a su hija que finalmente murió por la mordedura de una serpiente escondida en una cesta de fruta. En este caso, la serpiente era un robot, que debían dirigir para realizar la escena final. Resultó una actividad divertida donde el humor y las risas brotaron de manera espontánea, al igual que los aplausos de todos los participantes. Antes de volver a Mersin, el alumnado disfrutó de un baño en las cálidas aguas de la playa de Kizkalesi.

De nuevo, nuestro agradecimiento a los compañeros turcos por organizar y llevar a cabo este espectacular tour.